Convertiendo las Maldiciones en Bendiciones

� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 47 Yo la he hecho salir, dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus piedras. Dios le habla a este profeta hace miles de años y lo que dice todavía es la verdad. Los que roban, los que juran y los que dan testimonio falso después de jurar en la Biblia en corte (en EE.UU.)—todas estas personas son maldecidas. Esta maldición entra a su casa, a su familia y allí se queda. Hace muchos años atrás, la casa significaba toda la familia y sus descendientes, por ejemplo, en “la casa de Israel,” o “la casa de Jacob.” ¿De qué habla? ¿Habla acerca de las generaciones, no? ¡Y éstas son maldiciones viniendo de Dios! ¿No piensas que fue una maldición que la gente no abordó el arco en el tiempo de Noé? Sobre la faz entera de la tierra, la gente hacía estas cosas feas. No pienses que sólo porque esta maldición fue cumpida hace miles de años que puedes decir, “Oh, pero ahora estamos debajo de la gracia de Dios.” Con una creencia así, podemos confiar en la gracia, pues podemos andar pecando y usarla como excusa. Luego, lloramos en nuestras propias lágrimas por toda la pena que hay en nuestras vidas. Si intentas librarte de las cosas que te causan el dolor, puedes ser liberado. Hemos visto a cientos de personas liberadas de todos tipos de cosas—el cancer, fracasos de negocio, matrimonios rotos, ojos ciegos—es imposible recordar todo. El pago por el pecado es la muerte. Necesitamos estudiar las causas de estas maldiciones. Solamente porque vivimos en la era de la gracia no significa que podemos hacer lo que queramos. Robando, mintiendo y perjurando cargan maldiciones. MALDICIONES DEL HOMBRE DE PARTE DE DIOS Vamos a hablar acerca de las maldiciones de hombres de parte de Dios. ¿Sabes porque mucha gente les mata a los profetas? Porque los profetas dicen, “cambia o muérete” y se enoja la gente. ¡Gloria a Dios que vienen y te avisan! A veces, como profeta, tienes que hablar un mensaje de Dios que la gente no siempre quiere oír. De Josué 6, voy a mostrarte una maldición hablada por medio de un hombre de Dios. La habló en favor de Dios. (Josué 6:26) En aquel tiempo hizo Josué un juramento, diciendo: Maldito delante de Jehová el hombre que se levantare y reedificare esta ciudad de Jericó. Sobre su primogénito eche los cimientos de ella, y sobre su hijo menor asiente sus puertas. La ciudad de Jericó era el siguiente obstáculo que los israelitas tenían que confrontar después de cruzar el Jordán inundado para entrar a la tierra de promesa. Era una ciudad tan poderosa que hoy con la mayoría de nuestras armas, todavía no podríamos entrarla. La muralla alrededor de ella fue construida en un ángulo; los historianos afirman que era 20 metros en altura y 13 en achura. Era más ancha al fondo y se

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