� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 19 Capítulo 3 El origen de las bendiciones Oríginalmente, todas las bendiciones provienen de Dios. ¿Nunca has escuchado que el diablo te bendiga? ¿Puedes imaginarte a satanás queriendo una buena cosa para ti? Si te dice cualquier cosa así, puedo asegurarte que es una mentira. Está intentando de engañarte en pensar que él piensa en tus mejores intereses para que caigas en su trampa. Dios es el origen de todas las bendiciones y cuando Él te bendice, estás enriquecido ¡Y no hay tristeza! La felicidad, salud y prosperidad son las cosas que Dios quiere para todos nosotros: (3 Juan 1:2) Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Hay un relato bueno en la Biblia que habla de un hombre que vivió aproximadamente hace cuatro mil años en la tierra dónde hoy en día está Iraq. Este hombre conocía a Dios. Y por medio de él, tú y yo hemos recibido algunas bendiciones abundantes de Dios. (Génesis 12-1-4) Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. ¿Leiste eso? ¡Serán benditas todas las familias en la tierra! ¡Somos nosotros! Todos de nosotros son descendientes de Abraham, si tenemos fe. El es nuestro padre de fe. Abraham es nuestro padre y por esto, Dios nos bendecirá. Esta es una declaración profunda y más que eso, una que es la verdad. “Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré;...” Abraham estableció el estándar, porque le obedeció al Señor. ¡La obediencia es la clave! Cuando le obedecemos, somos bendecidos. Somos, por fe, los descendientes de Abraham y es muy importante que nos demos cuenta que no tenemos que luchar contra otras personas. Les digo a los que quieren estar
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