Convertiendo las Maldiciones en Bendiciones

� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 20 antagónicos hacia mí, “Si me bendices, bendito eres, y te quiero aunque me maldices— pero todavía vas a ser maldecido.” ¿Sabes el por qué? Porque Abraham es mi padre de fe. He heredado esta bendición. No tenemos que seguir ocupándonos en la venganza. ¡Hay bastantes razones! No tenemos que pelear en la batalla. Antes de que yo tomara una decisión por el Señor, yo era el tipo de hombre que salía para vengarme. Mi manera era “¡Mía es la venganza, dice Carl!” No me afectaba tirar a un hombre del carro viajando 120 kilometros por hora en la carretera. ¡Yo era así! Pero ahora, de veras creo que “Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Romanos 12:19). Y ahora, yo oro que la venganza de Dios sea que la persona se arrepienta y entre a la familia de Dios. Mi deber es amar. Odiar no es mi responsabilidad. Por ejemplo, una vez yo oré por una mujer que tenía un tumor en el cerebro. Los doctores iban a quitárselo dos días más tarde, pero Dios se lo quitó primero. Cuando Dios la sanó del tumor y ella les dijo a las personas de su denominación religiosa, ellos le respondieron, “¡Ese hombre sana con el poder del diablo!” Yo estaba tan enojado que me fui para el desierto y empecé a gritar al Señor acerca de lo que había pasado. ¿Sabías qué Jesús me dijo? El dijo, “¡Debieras haber escuchado todas las cosas que decían los líderes religiosos sobre mí!” Entonces, ¿Qué iba a hacer? Necesité arrepentirme y pedir disculpas del Señor. Fue entonces que yo pude orar por esas personas. Es fantástico que Dios tiene todo el control en todo. No necesitas irte a la tabla de ouija o a la bola de cristal para entender tu situación. ¡En la Biblia está escrito en blanco y negro! Tú tienes, por medio de nuestro padre de fe, Abraham, la habilidad de ser bendecido—yo sé que si le bendices a alguien y si le obedeces a Dios, serás bendecido. Y cuando otros te bendicen, también son bendecidos. Estos son los estándares establecidos por Dios desde el principio, y todavía son pertinentes hoy en la época de gracia. ¿Fue desobediente Abraham cuando Dios le dijo que salga de su tierra? ¿Le dijo a Dios, “No tengo ganas de salir. Todos mis parientes están acá. Me estoy quedando. Vete de mí, Dios?” No. Salió de Haran como le dijo el Señor. Abraham tenía setenta y cinco años cuando salió de su casa y su famila. Este es un ejemplo muy claro de Dios bendiciendo a los que son obedientes a sus instrucciones. Aunque a veces sus mandamientos no tienen sentido, cuando los obedeces, eres bendecido. ¿Por qué no dejas que te pruebe su Palabra? ¿Por qué no eres sencillo en obedecerlo en la manera que te da sus instrucciones? A veces las personas con la teología y las doctrinas religiosas no tienen ninguna idea de como obedecer. El primer pecado en el huerto de Edén se trató del conocimiento. Incluyó la ciencia del bien, no sólo del mal. LAS BENDICIONES PROVIENEN DE DIOS POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA

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