Convertiendo las Maldiciones en Bendiciones

� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 23 La obediencia es una lucha. Si Dios te dice hacer algo imposible, debes hacerlo, porque vas a experimentar un milagro. Presupone la obediencia que hacemos todo esfuerzo por no pecar. Ellos que dicen que no han pecado se llaman a Dios un mentiroso. ¿Quieres enfrentar la cara de Dios con eso en el día de juicio? Es para ellos que ya nacieron de nuevo: (1 Juan 1:9) Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. La sangre de Jesús no es sólo para que nazcamos de nuevo, sino para mantener una convivencia con Dios Todopoderoso, el Creador de los cielos y de la tierra y para tener esa relación como Dios e hijo. El quiere ser un papi para nosotros. Quiere que estemos tan honestos que cuando pequemos, le acercamos y le decimos, “Padre, perdóname.” Tenemos pecados que son habituales, pero a veces también hay maldiciones que nos hacen seguirlos. Podemos pedir a Dios que nos dé la fuerza por dejar de hacerlos. A menudo, el concepto de religión le excusa al pecado, diciendo, “¡Eso no es un pecado! ¡Depsiértate amigo, vivimos en los noventa!” Pero Dios no está engañado. ¿Qué hacemos cuando Dios nos dice, “Soy el Señor y no cambio?” Tenemos una responsabilidad por nuestras vidas, y por eso vamos a ser bendicidos, si aprendemos caminar por medio del Espíritu Santo (por medio del amor) y quedarnos dependentes en el Señor Jesucristo. Para mí, “Señor” significa “Jefe.” En Rumania, se llaman “Chef,” el cual significa Jefe. Jesús es un buen jefe; tiene buen seguro de salud (3 Juan 2). No tienes que preocuparte acerca de seguridades gubernatales después de la jubilación. Te da la vida eterna y no va a ponerte en una choza. Él está preparando mansiones para nosotros. ¿Te dije que Él es un carpintero judío? Él es constructora de mansiones y también de iglesias. Dijo, “Voy a prepararte un lugar.” Tenemos una abundancia de razones por servir a Dios; muchas por dejarle tener la señoría de nuestras vidas. De veras, nuestra libertad de voluntad no es hacer como queremos ni lentamente cambiar de idea. La libertad genuina de voluntad es hacer lo que dice la Biblia. Hemos sido comprados por la sangre de Jesucristo. ¡Le pertenecemos! Merecemos ser sus esclavos. Nos ama Él y nos cambia por amarnos. La cristianidad no es una cosa dificíl. Es como patinar sobre el hielo; después de aprender como hacerlo, no te cansas. Se convierte en algo fácil. Eso es como debe ser la cristianidad. Andamos con el Señor y Él nos da la fuerza. También nos va a dar las respuestas, aun que no creemos que las necesitemos. Abraham fue pedido a sacrificar a su hijo Isaac y le amaba a Dios tanto que estaba dispuesto a obedecer. Dios nos bendecirá cuando obedecimos su Palabra.

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