Convertiendo las Maldiciones en Bendiciones

� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 21 A Dios le encanta bendecirnos cuando no le guardamos nada de lo que ha pedido de nosotros. Abraham no sólo obedecía a Dios precisamente, sino también no se le negó a su único hijo, el cual había esperado por tantos años. Tenía cien años y su esposa tenía noventa y ella no podía embarazarse. Entonces, cuando finalmente tenían el hijo prometido del cual Dios había hablado, Dios cambió de idea y le pidió a Abraham su hijo de nuevo—¡Sacrificado en el altar! No sé si yo hubiera podido hacer eso. Probablemente sabes la historia, pero mientras iba a matar a su hijo en un montón de piedras, un ángel del Señor le llamó del cielo y lo detuvo. Abraham cambió todo en nuestras vidas—él fue un ejemplo de Dios y su hijo fue un ejemplo de Jesús. (Génesis 22:15-18) Y llamó el ángel de Jehová a Abraham segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz. No dice nada acerca de guerras, ¿No? Una cosa maravillosa es que dice que poseeremos las puertas de nuestros enemigos. ¿Sabes como pasa esto? Por medio de la obediencia, exactamente como Abraham. La obediencia es una clave muy importante para evitar la caída de las maldiciones. Si Dios nos dice hacer algo, ¿Quién pensamos que somos en esperar que Él nos convenza para hacerlo? ¿Cuántas veces esperamos hasta que llege un mejor tiempo? Abraham no hacía eso. Isaac no tenía doce o trece años en este tiempo. Yo creo que él tenía treinta años más o menos. Por lo tanto, Abraham tendría ciento treinta años. Issac le pudiera haber dicho a su padre, “Oye, viejo, has tenido tu vida—¡Vamos a asarte!” El también conocía el poder de la obediencia. Sabía que si le obedecía a Dios que todo funcionaría bien, porque sabía que Dios no mentía cuando prometía algo. Si morió Isaac en el altar en eso fuego de sacrificio, no sería ninguna promesa. Es así que obedecemos a Dios. Si lo dijo, de cierto lo significa, ¡Aunque te parece imposible! Viajaron por tres días y Abraham no cargó nada para sacrificar. ¡Yo creo que Abraham tenía algunas dudas! ¿Y no piensas que después de una hora de viajar, Isaac se estaba preguntando, después de pensar en lo que había cargado al asno. “¡Espera, papá! ¡No tenemos un cordero!” Si le creemos a Dios, podemos vencer

RkJQdWJsaXNoZXIy MTU1OTMyMg==