Convertiendo las Maldiciones en Bendiciones

� Copyright 1999 Christian Faith International Ministries. Todos los derechos reservados. Permision granted to freely copy en Espanol if copied in the entirety. Also Publicado a www.CFIM.Net and www.KingdomFaithMinistries.Org . 34 iglesia. No es la iglesia, sino la gente que forma la iglesia—los santos de Dios juntándose. ¡Podemos cambiar esto! Cuando oramos, a menudo Dios les envia a sus ángeles para trabajar y hacer pasar sus deseos. ¿Habías visto a un ángel? Lo más cerca que hemos calculado es que hay 30,000 ángeles por cada santo. ¡Utilizo a los míos y algunos de los tuyos que no estás usando! Odian el desempleo. En Estados Unidos, creemos más en los demonios y el temor y daño que nos llevan que en los santos ángeles que Dios nos ha dado para bendecirnos . Pero son los ángeles que son impresionantes y los demonios que son las bromas. Déjame darte un ejemplo de algo que me pasó en Rumania. Tuvimos una ceremonia del lavado de los pies durante la comunión. No es una cosa religiosa. Te digo, si tienes problemas con alguien y no te puedes llevar bien con él, ¡lava a sus pies! ¿Por qué piensas que Jesús lavó a los pies de sus discípulos en Juan 13:3-12? Porque la experiencia quitó la arrogancia de Pedro. Lo humilló. Esa experiencia lo humilló mucho. Lo que enseñamos en Rumania fue ser digno para recibir la comunión. “Discerniendo el cuerpo del Señor” no es solamente imaginándote a Jesús golpeado por tu sanación. Lo que significa es que si yo tengo un problema contigo y también estoy amargo hacia ti cuando tomo la comunión, me estoy maldiciendo. Cuando terminé con la lección, el pastor le dijo a su rebaño doblar la rodilla y arrepentirse para que pudieramos tomar la santa cena, ¡Y ya! Hubo 250 personas postradas y arrepentiéndose en voz alta. Soñó de una colmena de abejas; fue tan bonito y productivo. El Espíritu Santo estuvo una parte de eso porque mientras se arrepentían, de repente, sin señal, todos se callaron. Mientras postradas, arrepentiéndose, la iglesia se llenó con ángeles. Durante el proceso de arrepentimiento, los ángeles se acercaban, calmos y sin esfuerzo, y les agarraban a los demonios. Los demonios eran delgados y cortos, distortados y feos y estaban mordiendo, gruñiendo y pateando. Hacían todo posible para liberarse, pero los ángeles les tenían por los cuellos y los fondillos de sus pantalones y caminaban con ellos de la iglesia. ¡Los demonios no más podían agarrarse a los santos porque todos se arrepentieron por sus pecados! Para no causar ofensa, yo no iba a decirles a estas personas lo que vi. El pastor me miró y dijo, por medio del traductor, “Has recibido una visión para esta iglesia y debes compartirla.” Pues, les dije lo que vi. La fe de estas personas fue hecho más fuerte y también fue motivada. Casi siempre, después de una reunión de ese tamaño, hubiera colas de gente parando para recibir del Señor por dos o tres horas. ¡Este día, sólo siete personas vinieron por oración, cinco de ellas que querían una oración por sus parientes! El resto recibió su liberación durante el servicio de comunión. ¡Ese es el poder de arrepentimiento! Existen los ángeles no sólo para glorificar a Dios, sino para servirnos. Qué experiencia es verles trabajando. Tienen un ministerio hacia nosotros el cual oramos y ellos van y hacen. Pudiéramos orar algo completamente

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